Pasta Penne con pollo al horno


El Penne es una pasta tubular que viene en trocitos pequeños, y algunos tienen unas orillitas al rededor, por las cuales son llamadas penne riggate...ese es el que yo uso...no sé, me parece más bonito simplemente.
Hace unos 12 años viví en la ciudad de Guatemala y mi vecina, Silvia, y yo nos hicimos grandes amigas. De regalo especialcuando me fui de Guatemala para Costa Rica a vivir, ella me dio una vajilla de barro muy linda, hecha en Jalapa y que ya a estas alturas tiene una edad aproximada de 50 años.
Siempre me han llamado la atención las vajillas, utensilios y objetos de decoración artesanales, puede que sean muy sencillos, pero a mí me
parecen lindos... y en este caso, tienen un valor sentimental muy grande. Definitivamente tuve a una gran amiga con un gran corazón, al darme una vajilla de 120 piezas aproximadamente. Con mis varias mudanzas de países, ahora vivo en El Salvador, he perdido quizá la mitad de las piezas, pero las que me quedan, siguen siendo especiales y las sigo usando en mi cocina como un recuerdo muy especial de mi amiga Silvia. Serví una porción del penne en un plato de esa vajilla.

Esta cantidad, da para 6 u 8 porciones, dependiendo de tus porciones.
INGREDIENTES:
2 paquetes de penne riggate (aprox 17 onzas)
2 1/2 lbs de pechuga de pollo
4 dientes de ajo (2 enteros y 2 picaditos)
1 cebolla pequeña picada
1 zanahoria mediana picadita bien finita
1/2 chile dulce picadito
4 hojitas de laurel
1 lb de quesillo rallado
1 lata de leche evaporada
4 tazas de leche (normal, de la que te tomas)
1 sobresito de consomé de vegetales
1/2 barrita de margarina
4 cucharas de harina de trigo
Sal
pimienta

PROCEDIMIENTO:
1) Se ponen las pechugas a cocinar en bastante agua con sal, pimienta al gusto, dos dientes de ajos enteros y dos hojitas de laurel.

2) Mientras se cocina el pollo, empieza a picar los ingredientes y rallar el queso para tenerlo todo listo.

3) Empezamos a preparar la salsa blanca:
Pones media barrita de margarina en una sartén y le echas la cebolla y el chile dulce picados y empiezas a sofreir con sal y pimienta al gusto. Cuando la cebolla se ve ya medio transparente y empezando a dorarse, le echamos el ajo y revolvemos constantemente durante unos 30 segundos para que no se nos queme el ajo. RECUERDA: Si el ajo se quema, se pone amargo y nos daña la comida.

4) Ahora añades la harina a tu sofrito. No te
preocupes, se verá un tanto pelotoso y seco. Solo sigue moviéndolo bien con una spatula o cuchara de madera para que no se pegue, durante 2 minutos.
Solo es para que la harina adquiera el sabor de tus ingredientes y en lugar de que tu sofrito tenga sabor a harina.

5) Ahora, lentamente empiezas a echar la leche, taza por taza. Con una mano estás echando la leche y con la otra estás revolviendo constantemente para que tus grumos se deshagan y se incorporen a la leche. Irás añadiendo la leche de a poquitos hasta haberla echado toda en la sartén u olla de salsa en que estés preparando la salsa.
(Yo lo hago todo en una sartén grande.
Me resulta más fácil sofreír la cebolla en una sartén pero, como odio lavar trastos, no me voy a poner a pasar el sofrito a una olla y agregar una cosa más que lavar al final, así que simplemente la hago en una sartén grande).
No importa el orden de la leche, lo importante es que en algún momento le eches tu leche
evaporada. La leche evaporada tiene un sabor especial y es bien cremosita, créeme, hace la diferencia en la salsa blanca. Le echas el consomé de verduras y mezclas bien todo y sigues cocinando tu salsa a fuego lento.
Es posible que mientras estás haciendo tu salsa, el pollo esté listo.

6) Solo apagas la olla, sacas el pollo y lo colocas en un recipiente sin el agua para que se enfríe y seguimos en lo nuestro.

7) Ahora colocas una olla con suficiente agua (a mí me gusta cocinar mi pasta en bastante agua para que no se me pegue) digamos unas 6 u 8 tazas de agua, a hervir.

8) Cuando esté hirviendo le echas sal al agua e inmediatamente también la pasta para que se cocine.
Mientras tanto, sigues cocinando tu salsa y revolviéndola constantemente para que no se queme.
No te preocupes si la salsa se ve algo ralita, así está bien. Cuando la salsa se enfría, se vuelve espesa y si tu la dejas espesa desde el principio, tendrás luego una salsa que parecerá pasta y no salsa.
Para probar cuando mi salsa está lista, meto mi spatula o cuchara de madera para que se unte
bien y con mi dedo le paso una linea de arriba a abajo. La línea deberá quedar así, sin que la vuelva a cubrir la salsa.
Listo. Apago la olla o sartén con mi salsa.

9) Procedo a desmenuzar el pollo, cuidando de que NO me quede ningún huesito por ahí.
Para cuando termino de desmenuzar el pollo, mi pasta ya estará lista. (Como la pasta irá al horno también, no quiero que me quede bien cocida. La quiero al dente o un poquito cruda también).

10) Enciendo el horno a 350 grados F (180 grados C) y lo dejo calentar.

11) Le boto el agua a la pasta y empiezo a ensamblar mi molde con los ingredientes.

12) Coloco una capa de salsa en el fondo del molde, coloco toda la pasta, el pollo, un poquito del quesillo rallado y la zanahoria picadita. Mezclo bien todo.
Ahora coloco el resto de la salsa encima cuidando de cubrir muy bien la pasta y por último le pongo lo que queda del quesillo rallado.

13) Ahora coloco el molde (o pirex) dentro del horno precalentado y dejo hornear durante 35 minutos.
Listo! A comer se ha dicho!

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