Trufas de chocolate y mantequilla de maní
AMO el chocolate. Pero la combinación de chocolate y mantequilla de maní, en mi opinión, son un matrimonio perfecto de sabor pecaminoso. Aquello que quizá no deberíamos comer porque quien sabe cuantos cientos de calorías tendrá cada bocado.
A mí, a veces, me funciona pensar que tienen un millón de calorías y así me limito un poco en la cantidad, porque les cuento que la tentación de sentarme y comerme todas las trufas de una sola vez, es MUY grande.
Estas trufas on un caprichito culinario para calmar los antojos de chocolate cuando estos ya no se calman solamente comiendo snickers u otras marcas comerciales de chocolate. Pueden ser preparadas para recibir un grupo de amigas en nuestra casa y así consentirlas un poco o simplemente para calmar los antojos del SPM.
Sin embargo conozco un par de personas a quienes no les gusta el chocolate en ninguna de sus forma y son mujeres... ese dato en sí me parece muy curioso y hasta un poco increíble, pero es cierto.
Me encantaría poderles enseñar a preparar trufas con chocolate para repostería, pero dado a que en San Miguel estoy limitada con los ingredientes, estos son de cocoa amarga y cumplen su funcion: deleitarnos.
Las que somos adictas al chocolate, he aquí el caprichito del día.
INGREDIENTES:
1 lata de leche condensada
1 taza de mantequilla de maní
1/2 taza de cocoa amarga
1 cucharita de esencia de vainilla
PARA EL FINAL:
1/4 taza de cocoa, pasado por colador
1/4 taza de azúcar glass, pasado por colador
PROCEDIMIENTO:
1) Pasamos la cocoa amarga por un colador para asegurarnos que no tenga grumitos.
2) En una olla pequeña, sobre la estufa a fuego muy lento, echamos la mantequilla de maní para que se caliente un poco, mientras le vamos echando la leche condensada, la vainilla y la cocoa amarga y revolvemos bien todo junto.
*Yo utilizo mantequilla de maní crunchy o la que viene con pedacitos de maní. Tradicionalmente las trufas son suaves y parejitas y no tienen pedacitos de nada dentro de ellas, pero así me gusta a mí. Siéntanse libres de usar la mantequilla de maní suave y cremosa sin maní picado dentro.
3) Los ingredientes se mezclarán bien para asegurarnos que todos los ingredientes están bien combinados. No tarda mucho en estar listo. Estamos revolviendo constantemente con un cucharon de madera y en el momento en que todos los ingredientes se quedan en una bola y se despegan fácilmente de la olla, está lista nuestra mezcla para las trufas. Todo el proceso se tarda un máximo de 5 minutos.
4) Dejamos que enfríe unos cinco minutos para no quemarnos a la hora de preparar las bolitas. Ya que está apenas tibio, cogemos con una cucharita, pequeñas cantidades de masa y las amasamos en las manos hasta formar bolitas. Al hacer esto, las manos se pondrán aceitositas por efectos de la mantequilla de maní y nos permitirá hacer bolitas parejitas.
5) Las bolitas las hacemos pequeñitas, tamaño de un bocadito y las vamos colocando en un platón con papel encerado o papel de manteca para que no se peguen.
6) Cuando hallamos terminado de formar las bolitas, las echamos en el recipieto con el azúcar glass o el que tiene la cocoa amarga. Esto para darle algo extra a la trufa. En realidad se pueden comer así no más pero quedan más interesantes con una capita de azúcar o cocoa. Solo hay que sacudirlas para botarles el exceso. Prueben una con cocoa amarga a ver qué les parece y decidan si lo harán así o solo con azúcar.
Voilá! A disfrutar del chocolate, pero recuerden compartir y ampliar su círculo de amistades!
A mí, a veces, me funciona pensar que tienen un millón de calorías y así me limito un poco en la cantidad, porque les cuento que la tentación de sentarme y comerme todas las trufas de una sola vez, es MUY grande.
Estas trufas on un caprichito culinario para calmar los antojos de chocolate cuando estos ya no se calman solamente comiendo snickers u otras marcas comerciales de chocolate. Pueden ser preparadas para recibir un grupo de amigas en nuestra casa y así consentirlas un poco o simplemente para calmar los antojos del SPM.
Sin embargo conozco un par de personas a quienes no les gusta el chocolate en ninguna de sus forma y son mujeres... ese dato en sí me parece muy curioso y hasta un poco increíble, pero es cierto.
Me encantaría poderles enseñar a preparar trufas con chocolate para repostería, pero dado a que en San Miguel estoy limitada con los ingredientes, estos son de cocoa amarga y cumplen su funcion: deleitarnos.
Las que somos adictas al chocolate, he aquí el caprichito del día.
INGREDIENTES:
1 lata de leche condensada
1 taza de mantequilla de maní
1/2 taza de cocoa amarga
1 cucharita de esencia de vainilla
PARA EL FINAL:
1/4 taza de cocoa, pasado por colador
1/4 taza de azúcar glass, pasado por colador
PROCEDIMIENTO:
1) Pasamos la cocoa amarga por un colador para asegurarnos que no tenga grumitos.
2) En una olla pequeña, sobre la estufa a fuego muy lento, echamos la mantequilla de maní para que se caliente un poco, mientras le vamos echando la leche condensada, la vainilla y la cocoa amarga y revolvemos bien todo junto.
*Yo utilizo mantequilla de maní crunchy o la que viene con pedacitos de maní. Tradicionalmente las trufas son suaves y parejitas y no tienen pedacitos de nada dentro de ellas, pero así me gusta a mí. Siéntanse libres de usar la mantequilla de maní suave y cremosa sin maní picado dentro.
3) Los ingredientes se mezclarán bien para asegurarnos que todos los ingredientes están bien combinados. No tarda mucho en estar listo. Estamos revolviendo constantemente con un cucharon de madera y en el momento en que todos los ingredientes se quedan en una bola y se despegan fácilmente de la olla, está lista nuestra mezcla para las trufas. Todo el proceso se tarda un máximo de 5 minutos.
4) Dejamos que enfríe unos cinco minutos para no quemarnos a la hora de preparar las bolitas. Ya que está apenas tibio, cogemos con una cucharita, pequeñas cantidades de masa y las amasamos en las manos hasta formar bolitas. Al hacer esto, las manos se pondrán aceitositas por efectos de la mantequilla de maní y nos permitirá hacer bolitas parejitas.
5) Las bolitas las hacemos pequeñitas, tamaño de un bocadito y las vamos colocando en un platón con papel encerado o papel de manteca para que no se peguen.
6) Cuando hallamos terminado de formar las bolitas, las echamos en el recipieto con el azúcar glass o el que tiene la cocoa amarga. Esto para darle algo extra a la trufa. En realidad se pueden comer así no más pero quedan más interesantes con una capita de azúcar o cocoa. Solo hay que sacudirlas para botarles el exceso. Prueben una con cocoa amarga a ver qué les parece y decidan si lo harán así o solo con azúcar.
Voilá! A disfrutar del chocolate, pero recuerden compartir y ampliar su círculo de amistades!
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