Lentejas, vendo mi primogenitura
Desde pequeña escucho a mi padre llamar a las lentejas el plato de "la primogenitura" haciendo alusión a la historia bíblica de Esaú y Jacob.
Por esa misma historia, cada vez que pienso en lentejas, pienso inmediatamente que es un plato muy delicioso, exquisito, supremo, algo por lo cual vale la pena vender la primogenitura.
Pues soy la primogénita así que viene al caso el título de mi receta.
Espero que les quede tan sabrosa como para "vender su primogenitura" por ella.
Para ello van a necesitar:
7 onzas de lentejas, aproximadamente 1 taza
1 cebolla blanca pequeña, picada
1/2 chile dulce, picado
2 dientes de ajo finamente picados
2 sobresitos de sazonador o consomé de vegetales
1 manojo pequeño de perejil de hoja lisa
2 cucharas de aceite
sal
pimienta
PROCEDIMIENTO:
1) En una olla pequeña, colocar el aceite a calentar, echar la cebolla y el chile a sofreír con sal y pimienta al gusto; cuando se ponga transparente la cebolla, echarle el ajo picado y dejar sofreír unos 30 segundos revolviendo constantemente para que no se queme el ajo.
2) Echar las lentejas, previamente escogidas que no tengan piedritas ni basuritas, y revolver bien con el sofrito durante unos 5 minutos hasta que se hayan mezclado bien los sabores.
4) A la hora, probamos una cucharita de nuestras lentejas y, si ya están suaves, apagamos la estufa.
5) Procedemos a echarle las hojitas de perejil de hoja lisa picada, revolvemos y dejamos que el calor de las lentejas marchite las hojitas permitiendo así que el sabor y el olor se mezcle con lo demás y nos de un sabroso plato de lentejas.
Listo! A comer, buen provecho!
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