Chiles Rellenos

La primera vez que probé chiles rellenos, fue aquí en San Miguel, en casa de mi concuña. No sé de dónde es originario este plato pero debe ser latino. En mi infancia en casa, comí muchos platillos deliciosos preparados todos por la mejor chef del mundo, mi mami bella, pero mi mami no es latina así que si ella no había probado el platillo o no le gustaba, no se hacía. De esa forma me he perdido de probar platos muy típicos de Honduras, mi patria querida, porque ella no los hacía.
Cómo me casé con un salvadoreño y he pasado vacaciones en este país, antes de vivir en él, he llegado a probar cosas que nunca antes había visto siquiera, pero no necesariamente son hondureñas...el chile relleno es uno de esos platos latinos que no sé su procedencia pero que a mí me encantan.

INGREDIENTES:
5 chiles dulces
1 libra de carne molida
1 zanahoria mediana
1 cebolla morada, picada
2 dientes de ajos, finamente picados
1 bolsita de salsa de tomate básica
1/4 barra de margarina
1/2 taza de harina
5 huevos
Sal
Pimienta
Ajo en polvo

PROCEDIMIENTO:

1) Se colocan los chiles dulces (yo prefiero los que ya están maduros y son rojos pero aquí no los consigo tan fácilmente, así que los hago con el verde) previamente lavados y secos, directamente sobre el fuego. Vamos a quemar la piel del chile para poderla retirar más fácilmente y al mismo tiempo, vamos a asarlos, lo que nos dará un delicioso aroma y sabor.

2) Mientras tanto, haremos una rica salsa de tomate de la forma más sencilla: en una ollita colocamos la margarina para que derrita, le echamos la salsa de tomate básica, sal, pimienta y ajo en polvo al gusto con 1 1/2 tazas de agua; tapamos la ollita y dejamos que hierva bien a fuego medio. Cuando tenga muchas burbujas, lo dejaremos hervir solo unos 5 minutos y listo. Será una salsa algo ralita pero muy sabrosa.

3) Cuando los chiles estén negros por todos lados, los colocaremos en una bolsa de papel y la cerraremos. Si no tenemos una bolsa de papel, pondremos papel toalla en un recipiente, colocaremos los chiles y los envolveremos en más papel toalla. Lo que nos interesa es que se suden un poco porque esto nos facilitará el trabajo a la hora de retirar la piel quemada de los chiles.

4) Preparamos la carne molida: ponemos la cebolla a sofreír en un sartén, con sal y pimienta al gusto, cuando se ponga transparente le echamos el ajo y, revolviendo constantemente lo dejamos sofreír otros 30 segundos. Agregamos la carne molida y la zanahoria y mezclamos bien. Dejamos cocinar revolviendo constantemente hasta que se haya consumido el líquido que la carne soltará y la carne se note de otro color, como empezando a dorar. Apagamos la estufa. En este punto, si tengo arroz en la refri que me haya sobrado del día anterior, le echo unas dos cucharas y la mezclo bien con mi carne.

5) Procedo a pelar los chiles. Se me facilita hacerlo con papel toalla, voy frotando el chile completo hasta dejarlo sin la piel quemada. Luego, le abro por un ladito con mi dedo a lo largo o con un cuchillo si el chile no cede. Saco las semillas, enjuago bien el chile con agua limpia, lo que me permitirá deshacerme de los restos de piel y las semillas que pudieran haber quedado. Las coloco en un platón y las dejo escurrir bien antes de rellenar.

6) En un recipiente por aparte, coloco 1/2 taza de harina de trigo, 1 cucharita de pimienta negra, sal y ajo en polvo y lo mezclo todo bien. Ahora relleno mis chiles con la carne preparada, dejando la abertura hacia arriba y coloco los chiles en la mezcla de harina, empolvando bien todo el chile. Esto permitirá que mi capeado o envoltura de huevo, se adhiera fácilmente al chile.

7) Calculo siempre 1 huevo por cada chile pero esté preparado con un huevo más por si le hiciera falta al final. En un recipiente de vidrio limpio, coloco las claras, y las bato bien con mi batidora eléctrica hasta punto de nieve; le echo las yemas y un puntito de sal, las bato todo junto y empiezo a freír.

8) En una sartén, coloco aceite suficiente para cubrir todo el fondo y dejo calentar, con un cucharón coloco un poco del huevo batido, encima pongo uno de los chiles con la abertura hacia arriba. Inmediatamente tomo una espátula de metal y empiezo a "untar" con él, el huevo en las orillas del chile. Si no logro cubrirlo todo, tomo otra vez un poco más del huevo y se lo echo encima de modo que me quede bien cubierto. Empiezo a darle vuelta a medida el huevo se va cocinando, de forma envoltoria o giratoria. Poco a poco hasta que todo el chile esté bien cubierto por mi capeado o envoltura de huevo cocido. Con la espátula, recojo del aceite caliente y se lo tiro hacia las puntas para que ellas también queden de un color dorado.

9) Coloco los chiles cocidos sobre un platón con papel toalla para que éste absorba bien el exceso de aceite y continúo con los demás chiles hasta terminarlos. Durante el proceso, es posible que necesite añadir aceite al sartén varias veces antes de terminar. El fuego debe mantenerse de medio a suave, para que no se nos arrebate el huevo y quede quemado por fuera y crudo por dentro.

10) Lo servimos con la salsa que preparamos anteriormente y...

...listo!!! A comer se ha dicho!!!

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